"EFPEUM y nuestra Ciencia Ficción" Artículo de J.E. González Vargas


Reproducimos por esta vía un nuevo artículo de crítica cinematográfica realizado por J.E. González Vargas, sobre E.F.P.E.U.M. 47 años después del estreno de la primera - en su tipo- única película de Ciencia Ficción realizada en Venezuela por José Mauricio Odremán Nieto (1926 - 2004)

 Fuente del artículo:

Fanzine WEB Ácracia pour les porcs. 
Autor: J.E. González Vargas.
Fecha: 3 de noviembre de 2012


EFPEUM y nuestra ciencia ficción

PUBLICADO POR J. E. GONZÁLEZ VARGAS SÁBADO, 3 DE NOVIEMBRE DE 2012 


En América Latina se tiende a tener cierta renuencia a etiquetas como “ciencia ficción” o “fantasía” ya se tienen a percibir como infantil, simplón y escapista; estos calificativos, aunque bastante básicos e injustos, a veces no son del todo inmerecido, sin embargo la idea de “ciencia ficción” específicamente parece atraer imágenes de frialdad, alienación y transculturización o, como comentan algunos, suele esconderse bajo la muy general definición de “realismo mágico” o prefiriendo dejar lo que son a elección de la la audiencia. Así pues, en vez de huirle a ser “fantásticos” o “especulativos” más autores deberían empaparse en ello y aprovechar la posibilidad que presenta para explorar temas desde perspectivas insospechadas.

Otra idea sobre la renuencia de la ciencia ficción sobre la fantasía, llámese realismo mágico o llámese nada, es que en líneas muy generales la fantasía suele ver hacia el pasado y lo orgánico, el mito y la naturaleza, mientras que, y esta es una hipótesis grosso modo, la ciencia ficción trata sobre el porvenir y el progreso, se interroga a donde irá el desarrollo humano.

Lo fantástico, pues, es algo que está tan integrado en nuestra mentalidad que ni siquiera lo notamos ya: Las niñas arañas de García Márquez, los reyes arabescos de Borges, los fantasmas de Juan Rulfo y así, prácticamente la mitad de lo que sabemos de nuestra historia no es más que mito. La idea que la fantasía debe ser una copia de Tierra Media o la Era Hiboria es una idea tristemente tomada de estereotipos y generalizaciones extranjeras y que Tolkien, al querer hacer prácticamente un Reino Unido prehistórico habitado por elfos y orcos no es diferente a un Gabo con un Macondo perdido entre la colonia y la modernidad con gitanos y aguaceros interminables.

¿Y qué pasa con la ciencia ficción? Bueno, en Venezuela, como probablemente ocurra en gran parte del mundo en desarrollo, la falta de una institucionalidad y continuidad de lo que generalmente se considera progreso ha atrofiado una clara perspectiva social sobre lo que es la contemplación a futuro, considerando esto algo más extranjero e impuesto que cotidiano y floreciente de nosotros mismos prefiriendo atenuarse a la clara y desgarradora realidad actual o al mítico pasado costumbrista, puesto que ambos presentan una idea mucho más clara de sus elementos narrativos y, específicamente, de mensaje e identificación. Al vivir en una sociedad donde el desarrollo es a largo plazo y esparcido y la realidad es inestable, la idea de una visión específica a largo plazo proveniente de una continuidad o un desarrollo concreto de lo actual resulta complicado para la audiencia.

Borges, Cortázar, Esquivel, Fuentes; todos usaron la ciencia ficción para dar una perspectiva única a su realidad. En nuestra propia Venezuela, Francisco Herrera Luque, conocido por sus novelas históricas y trabajos de psiquiatría, escribió una novela de ciencia ficción llamada 1998, publicada en 1992, la cual tristemente resulta difícil de encontrar. Hasta se ha intentado hacer películas de ciencia ficción en Venezuela, como ha sido el caso de EFPEUM.
EFPEUM o Estructura-Funcional-Para-Encontrarse-a-Uno-Mismo es una película experimental de 1965 realizada por Mauricio Odremán que orgullosamente usa el apelativo de ciencia ficción. La trama lidia sobre un arquitecto que, cansado por la conformidad de la época busca un místico, El Alquimista, para diseñar la máxima vivienda funcional: Un hogar sin puertas ni ventanas para la introspección y el autodescubrimiento. La antítesis del terrenal y opresivo superbloque.

En conjunto con Andreína, quien se suma al Alquimista y al Arquitecto y de la cual la película no escatima sus atributos, los tres caen en lo que se ve como una vorágine de de meditación y ritualismo y lo que se entiende como una fusión física y espiritual. Al final el arquitecto logra escapar de la estructura sin ventanas ni puertas de su propio designio para encontrarse reducido a nada, semidesnudo en la playa, mientras una banda marcial marcha frente a EFPEUM, que vagamente recuerda al cohete inconcluso de 8 ½ de Fellini, así como varios elementos de la escena final.

¿Es esta película ciencia ficción? Sí y no. Primeramente, es una película surrealista prototípica de lo que en menos de una década haría Jodorowsky (El TopoLa Montaña Sagrada) con ciertos toques sacados de los directores europeos vanguardistas de la época y esto no le quita y no le da la definición de ciencia ficción, por lo amplio que puede ser. Lamentablemente, las ideas interesantes y su osadía se pierden entre las limitaciones de la película, principalmente su falta de rumbo y arrogante hermetismo temático en la trama. Aun así, tiene cierta atrevida experimentación y búsqueda fuera de lo convencional que uno simplemente no puede dejar de admirar.





Para más información sobre esta película y su realizador Mauricio Odremán, pueden visitar un blog mantenido por su hijo centrado en la obra de este:http://mauricioodreman.blogspot.com/


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